Johnny Andino es un abnegado profesional de la provincia de Pastaza, que se gana la vida honradamente y de la manera más humilde para llevar el sustento para su familia, sin deberle nada a nadie.
En días anteriores hizo pública en sus redes sociales su denuncia, sobre un supuesto caso de extorción por el cual viene recibiendo llamas desde hace algunos años y que pone en alerta a toda la ciudadanía a fin de no dejarse sorprender por ninguna persona, puesto que, así como le pasa a él, le podría estar pasando a cualquier persona.
Son llamadas que, al parecer son tipos que lo investigan todo, se informan bien, de dónde uno trabaja, cuáles son sus negocios, cuántos miembros son de la familia, direcciones, teléfonos y todo. Y por eso, con total propiedad le insisten que, si no entrega cierta cantidad de dinero, un miembro de su familia podría estar sufriendo un atentado o quizá perdiendo la vida, y le dicen con nombre y todo.
Señala que por el momento solo ha recibido amenazas, y espera que solo queden allí, como simples amenazas, pero viendo experiencias en otras provincias, son amenazas que de pronto se convierten en hechos reales y vienen las extorciones, los secuestros y hasta la pérdida de la vida de un ser querido.
En días anteriores volvió a recibir una nueva llamada, pero como ya los conoce por su voz, acento y, sobre todo, por el ambiente en el que se escucha que parece que viene desde el interior de un centro carcelario, ya no les presta atención y solamente les cuelga y punto.
La primera llamada hace dos años, le dijeron que era un abogado que pertenecía al grupo de los choneros, que se dirigían a bordeo de un vehículo con tales placas, que iban a llegar hasta su domicilio, puesto que habían investigado y que ve que no pertenece a ninguno de estos grupos, por lo que quiere evitarle un problema mayo, siempre y cuando le haga un depósito a una cuenta bancaria por un valor de 1500 dólares. Incluso, le nombró a toda su familia, hermanos y todo, uno por uno, con nombres y apellidos completos como si los conociera.
Es por ello, que se atreve a elevar su queja para que otros ciudadanos tomen previsiones, hagan lo que el hizo, de borrar todas sus cuentas, con direcciones, números de teléfonos, cuentas bancarais, que es de dónde ellos toman la información, quedándose solo con cuentas comerciales.
Es inútil llamar a la policía o poner una denuncia, porque no se los puede investigar, los números desde donde llaman son apenas chips del momento que luego los destruyen y no se los puede rastrear para nada.