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La desmarcación bien desmarcada

por Andres Ortega

– Oiga, compadre Indiscreto, ¿usted marchó o no marchó?

– ¿Qué si marché? ¡Uf, qué pregunta, compadre Ulbio! A los quince mismo, cuando apenas estaba saliendo del cascarón y me picaba el misterio. ¡Esa marcha no se olvida!

– ¡Ay, por el amor de Dios! Me refiero a la marcha de protesta del movimiento indígena, que salieron en contra del gobierno de Nobita. No me venga con esas babosadas de su juventud dorada, que a usted lo criaron en leche con pan.

– Ah, era esa. Hable con propiedad, pues, compadre. Si me dice directamente “¿ya marchó?”… ¡a uno qué se le puede venir a la mente! Usted me lanza la pelota y yo le devuelvo el gol.

– A su mente cochambrosa, pues, que solo piensa en cochinadas. Yo le pregunto sanamente, como quien pregunta si ya almorzó: que si usted salió a la marcha de verdad, la de las pancartas, no la de sus recuerdos alegres.

– ¡Eso! Así, clarito, como el aguardiente: “¿Salió o no salió a la marcha?”. Pues claro que salí, compadre. Había que acolitar a los primos y hacer sentir nuestra voz de protesta, que aquí el pueblo cuando se harta, se enciende más que una moto china en subida. ¿Y usted? ¿Se quedó mirando desde la ventana, como viendo novela?

– ¿Que va a ser marcha eso? ¡Si más bien parecía desfile de las nacionalidades del “11 de Mayo”! Con banda de pueblo, danzas, trajes típicos y hasta fritada. Yo, la verdad, me fui al otro lado, a la novelería de ver si llegaba el presidente. Allá estuvieron todas las autoridades, brillando más que zapato nuevo.

– ¿Ya ve, compadre? Por novelero. Nada que llegó su presi. Ofrece y ofrece, y por segunda vez les deja a los noveleros como usted vestidos y alborotados, como gallina en patio ajeno.

– Así fue, compadre, nos dejó como novia en el altar, con el ramo en la mano y el corazón partido. Apenas sí llegó la Vice y, para alegría del tonto, por allí pusieron unos dos muñecos de cartón del presi, más tiesos que mi suegro cuando me ve. Y todos los del lado: ¡Viva Noboa! Yo me sentí estafado, como si me hubieran cambiado el pollo por un balde de huesos.

– Usted, en vez de estar con el pueblo, comienza a desmarcarse y nos da la espalda, siendo también pueblo como nosotros. Como si a usted no le afectaran las medidas, compadre. ¿Acaso se cree de la elite, que desayuna caviar y paella mientras nosotros solo agüita de tuza con pan?

– Allá estuvieron el prefecto, alcaldes, presidentes de las parroquias y un buen sector de dirigentes indígenas que no están de acuerdo con el paro y le apoyan a nuestro querido presidente. Gente fina, compadre.

– ¡¿Y cómo entiende usted, compadre, que el prefecto por un lado esté gritando: “¡Qué viva el presidente Noboa!” y su misma viceprefecta, por acá, todo lo contrario, gritando: “¡Fuera Noboa, fuera!”?! ¡Es como ver a una pareja de novios en plena pelea en el parque! ¿Ya no comen en el mismo plato?

– ¡No puede ser, compadre! ¡Ahí sí que no le creo! Si ella es del mismo movimiento político del prefecto, de “Semilla”, que está en buen romance con el gobierno, en alianza con los “ADN”. Ahora mismo están, como quien dice, “comiendo en el mismo plato con dos cucharas”.

– ¡Ahí’ tá, compadre! Yo no le miento. Yo mismito la vi. Era ella misma, la Lineth, gritando a todo pulmón: “¡Únete pueblo, únete a luchar, contra este gobierno antipopular!”. Más oposición que esa no pueda haber, y en una provincia donde mayoritariamente le dio el voto a Daniel Noboa. ¡Fue más raro que perro verde!

– O sea, compadre, déjeme entender bien… ¿Acaso me está diciendo que la viceprefecta ya se desmarcó de los Semilla, tomó distancia con el señor prefecto, y ahora camina por su propio lado, como gato en la noche?

– Y no es de ahora, compadre; la desmarcación viene desde hace un tiempo atrás. Ya hemos visto, por ejemplo, que en algunos temas no vota en la misma línea del prefecto. Y por eso mismo ya no se los ve juntos, tomados de la mano como era al principio, los dos de arriba para abajo, como uña y mugre. Ahora es cada guaragua por su lado.

– ¡Ele! ¡Chuta, compadre! Me huele a que esa desmarcación viene con cálculo político, más frío que la sopa de ayer.

– Pues, tiene buen olfato, compadre, parece sabueso. Muchos dicen que la Lineth se apunta o para prefecta de Pastaza o para alcaldesa de Arajuno. Pero que se lanza, se lanza. Y con la mochila bien llena de popularidad.

– Con razón está en la marcha, apoyando a su gente de las nacionalidades. Eso le conviene, pues. Es como si en un mismo equipo, el arquero tire al arco y el delantero le ataje el penal. ¡Un despelote!

– Qué cosas tiene la política, ¿no, compadre? Al final, esto es como el baile del sanjuanito: unos pa’rriba, otros pa’bajo, pero al final todos terminamos bailando en el mismo lodazal. ¡Salud!

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