Fue la noche de los grados en el programa “Todos ABC”, un proyecto que les permite a quienes por varias circunstancias no pudieron terminar sus estudios en el régimen escolar normal, logren ser bachilleres.
Ruth era una de las 80 personas que recibieron la investidura como flamante bachiller de la República el 6 de marzo de 20202, luego de largos meses de preparación y perseverancia, asistiendo todas noches a la Unidad Educativa Francisco de Orellana, de Puyo, provincia de Pastaza.
No era una noche cualquiera, era una noche especial, hasta la misma ceremonia era diferente, porque se trataba de tantos padres de familia, madres de familia, que venciendo todo obstáculo, lograron llegar a la meta y hacer realidad su sueño de llegar a ser bachilleres, algo que Dios sabe porque dejaron inconcluso y venían arrastrando la desilusión de haber dejado un sueño frustrado.
A Ruth le correspondió dar el discurso de agradecimiento a la institución que los acogió, los educó y les dio la oportunidad de lograr el objetivo y también a los docentes y autoridades, con quienes compartieron tantas experiencias bonitas durante toda esta etapa.
“Un hijo no es un obstáculo, sino una bendición” expresó, entre tantas palabras y fue cuando dejó caer las lágrimas por sus mejillas, como librando de culpa a sus hijos, por quienes tuvo que dejar de estudiar para dedicarse a la dura tarea de ser madre. Pero que luego, se decidió continuar, incluso con el sacrificio de llevar a sus hijos a clases, para poder superarse y salir delante.
Por ello, este triunfo, tiene mucho significado para ella, es haberse superado a ella misma y demostrarles a sus hijos que tienen una madre valiente que ha sabido salir adelante, convirtiéndose en ejemplo de ellos mismos.
“Dedico todo lo ganado hoy a Dios, a mis hijos y mi familia” señaló. “Nos propusimos y lo logramos” les dijo a todos sus compañeros, con quienes competía la misma alegría.
Su mensaje a todas las madres y también padres, que como ella, por circunstancias de la vida no pudieron concluir sus estudios a que no dejen que nada les trunque sus sueños, que decidan superarse, salir adelante e incluso continuar con los estudios superiores hasta lograr un título; que no hay nada más hermoso en la vida que poder decir: “Lo logré”.