El ex presidente de la Cámara de Comercio de Pastaza, Ismael Arcos (foto), mostró su preocupación ya que la directiva que fue electa en septiembre del año pasado, no ha sido posesionada.
Añadió que el presidente electo, Jorge Espín, ha presentado por tres ocasiones su renuncia, la misma que no ha sido aceptada, por lo que el último presidente reconocido sigue siendo Roney Sancho. Y lo que cabe en este caso, por órgano regular, es aceptar la renuncia del presidente y que asuma la vicepresidenta Gina González, pero lastimosamente no se ha dado hasta el momento.
Al ser consultado sobre lo que pasaría si la vicepresidenta tampoco acepta asumir la presidencia, respondió que lo que corresponde es que asuma esa responsabilidad, el primer vocal principal (o sea el propio Ismael Arcos) y que estará dispuesto a asumir, siempre y cuando haya las garantías legales, es decir, que no haya ningún asunto pendiente en el seguro social y demás instancias, ya que podría afectarle en sus actividades económicas.
Mientras tanto, Roney Sancho, al ser abordado por los medios de comunicación, se defendió diciendo que ya no hay ningún juicio de coactiva, que todo está solucionado y sugirió a los miembros del directorio electo, que lean un poquito para que sepan que no había razón para tener temor de los problemas financieros de la institución, ya que no afectan en forma personal, sino que van en contra de los bienes de la institución.
Se identificó como ex presidente, por lo que él ya no cuenta y si el presidente electo quiere renunciar debe hacerlo en el seno de la directiva electa y si consta en los organismos de control para que la Cámara no quede en la acefalía. En adelante deben ser sus sucesores los responsables de legalizarles. “Señores si no pueden, no se metan pues” aseveró.
Al margen de estas declaraciones, el tiempo sigue pasando, la Cámara está inactiva, no tiene vocería que defienda los intereses del gremio, una directiva electa que no está asume funciones, con una secretaria que sigue “trabajando”, en una institución sin norte, ni rumbo.