Después de la pandemia y ya con el retorno a la normalidad parcial que vive el país, a más de un año los negocios de venta comida han proliferado en toda su gama de presentaciones, desde servicios exclusivos a las entregas a domicilio son el abanico de menús que dispone Tena, esto sin duda busca de parte de los propietarios facilitar la vida a los comensales, pero al ser todo tan demandante, y al ponerse en evidente competencia los costos por plato bajan constantemente, por ende la calidad del producto queda en duda; salimos a las calles de la ciudad y a los establecimientos donde un plato de comida es vendido a un dólar en ciertos casos.
Por referencia de la Comisaria Municipal, dependencia que regula patentes y permisos para actividades como el expendio de comida, visitamos la estación de servicio de la parada de autobuses “Centinela de Tena”, ahí según los propietarios de las viviendas circundantes no hay seguridad al momento de servirse un aperitivo o un plato contundente, dicen que las instalaciones con las que dispone esta terminal no son las apropiadas, al menos por ahora ya están dentro de cuatro paredes y bajo un techo aseguran, pero no es todo ya que la forma en como preparan los alimentos es precaria.
Hablamos con “María” quien hace la venta de salchipapas en ese sector, ella manifiesta que dispone de su permiso y que su patente está actualizada, dice que “son visitadas constantemente por los agentes de control”, además manifestó a nuestro medio de comunicación que no la han clausurado porque cumple con todo lo que se requiere para permanecer con su negocio abierto.
A estos testimonios se contrasta de una manera distinta la realidad de quienes pagan más de 300 dólares por renta en la Avenida 15 de Noviembre, esta arteria vial comercial y quizá la de más influencia en la ciudad de Tena, acuden cientos de personas de manera diaria para hacer sus compras y alimentarse; en el plano gastronómico de todo se encuentra, por ello es que también la competencia sobreabunda y la comida está siendo vista bajo lupa.
Al ser competencia de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), los restaurantes (establecimientos) deben tener un minucioso esquema de manipulación de alimentos, almacenamiento, refrigeración y otros procedimientos que son de significativa importancia por el equipo técnico de esta institución, esto a diferencia de lo que ocurre en las calles con las ventas ambulantes y con los llamados agachaditos.
Un restaurante de comida china (chifa) de Tena fue cerrado por (Arcsa), el hecho ocurrió al “verificarse las condiciones higiénico-sanitarias no adecuadas para su funcionamiento”, así afirmaba un párrafo del boletín de prensa emitido por la oficina de monitoreo y publicidad de dicha institución; el cierre se realizó la noche del viernes 18 de marzo, al operativo también asistieron autoridades de la Comisaría Nacional y Policía Nacional.
¿Cuál es el trato y la próxima apertura de un establecimiento clausurado?
“Un establecimiento que no presenta las condiciones higiénicas adecuadas para el almacenamiento de alimentos y al constatarse la presencia de plagas se lo debe cerrar temporalmente, esto dura tres días, y posteriormente la institución realiza el seguimiento para definir las mejorías señaladas por el técnico, en este escenario se aplica una multa por la clausura que corresponde a 10 salarios básicos”, explicó el Coordinador Zonal, Mijail Hidalgo.
Después de que todo se cumpla, la supervisión se la vuelve a hacer sin estipulación de un tiempo determinado, generalmente los operativos se dan según una planificación anual, pero la supervisión se refiere a la que se realiza después de una clausura, es decir puede realizarse dentro de una semana o 15 días, aclararon los voceros de Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria.
Volviendo a los agachaditos y a las ventas bajo pedido, ¿quién los regula y como operan estas personas?
“Las redes sociales, si, por medio de estos mecanismos modernos, es como se hacen ventas a domicilio”, afirma la Abogada Aida Rueda, Comisaria Municipal, ella dice que a la falta de personal y por el crecimiento de la población las cosas ciertamente se han salido de control; también aseguró que el hecho de que cientos de familias se quedaron sin empelo por el cierre de la minería ilegal en Napo, la informalidad quiere cobrar terreno en Tena.
Según la versión de la Comisaría Municipal, el año pasado se expendieron 112 patentes para la venta de comida en establecimientos bajo arredramiento y con supervisión de El Terminal Terrestre, parada de autobuses Centinela de Tena, Mercado Municipal, Feria Libre y otros que cumplen con cursos de manufactura emitidos por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria, y que corresponden a Asociaciones de Vendedores con documentación habilitada y actualizada; “detrás de estos espacios de comercio si hay gente que se quiere implicar y hacerse pasar como parte de estos grupos, sin embargo a la medida de lo que está en nuestras manos hacemos lo posible por mantener el orden” afirmó la Abogada Rueda.
Arcsa realiza controles preventivos periódicos con la finalidad de que los representantes de los establecimientos tengan la asesoría oportuna en las prácticas correctas de higiene y manipulación de alimentos para precautelar la salud de sus consumidores, en relación a los pequeños emprendedores con patentes, la guía con capacitaciones las imparten la municipalidad, MSP, Arcsa y otras áreas de atención social, pero no es todo dicen los ciudadanos que en ciertos casos se sienten desprotegidos, “al haberse cerrado de manera temporal el chifa, o al multar a cualquier otro nada es confiable ya que a simple vista parecen de categoría, pero detrás de mostradores es otra cosa” dice Eugenia de Zas, activista que frecuentaba el restaurante cerrado, esta mujer dice que el cliente tiene la última palabra al momento de consumir productos comestibles preparados fuera de casa.