Ingresó a las filas del Sindicato de Choferes en el año de 1986 y desde entonces ha tenido múltiples representaciones con buenos resultados para beneficio de todos los agremiados. Continúa activo con su espíritu colaborativo.
Nuestro personaje de la semana, Luis Rodrigo González Sánchez, es un puyense de nacimiento y corazón, para mayor seña, vino al mundo de manos del primer enfermero de Puyo, Gilberto Díaz. Salvo períodos cortos que se ausentó por motivos dirigenciales, siempre ha vivido en Pastaza, por lo que conoce la realidad de la ciudad y provincia en todas sus aristas.
Su trayectoria la forjó a pulso. Sus estudios primarios los realizó con normalidad, en tanto que los secundarios, los inició en el colegio San Vicente Ferrer, pero no pudo graduarse ahí debido que en aquel entonces era obligación asistir a misa los días domingos y se tomaba lista. Al joven Rodrigo le era imposible asistir, debido a que los fines de semana tenía la obligación de realizar varias actividades en la finca de su padre, por lo que, para su pesar, perdió el año en la materia de religión.
Por esa razón, dedicó sus años de adolescencia y juventud a las labores de campo, hasta los 17 años que tuvo la oportunidad de ingresar a estudiar en el colegio fiscal Francisco de Orellana donde llegó al cuarto curso, pero por segunda ocasión no logró concluir los estudios secundarios debido a que como todo joven se enamoró y en poco tiempo se casó por lo que llevado por la necesidad de sostener su incipiente hogar tuvo que buscar empleo y lo obtuvo como mensajero en el Registro Civil y de a poco fue ascendiendo, llegando a ser jefe de área en las parroquias Diez de Agosto y Fátima, donde tuvo un poco más de tiempo para retomar los estudios en el colegio 12 de mayo. Superando serias dificultades por el tiempo de inactividad estudiantil y un pensum diferente, logró graduarse en la especialidad de contabilidad en el año de 1978.
Luego del bachillerato quiso seguir estudiando a nivel superior, pero por las obligaciones del hogar le resultó imposible, razón por la cual, optó por capacitarse en la escuela de conducción donde obtuvo su título de chofer profesional en el año de 1980. Pasaron seis años para integrarse como socio del Sindicato de Choferes Profesionales de Pastaza, cumpliendo todos los requisitos estatutarios. En el año de 1988 participó por primera vez dentro de la lista de Consejo Directivo resultando triunfador junto a sus compañeros de lista (fue secretario de actas). Desde entonces empezó a hacer trayectoria en el gremio de los profesionales del volante en calidad de directivo.
En 1996 fue secretario de economía, siendo secretario general, Oscar Coral. Lo más destacable de ese período fue la construcción de la estación de servicios que funciona hasta la actualidad, debido a la necesidad de tener combustible en la medida justa.
Pero su deseo de seguir estudiando no se detuvo hasta graduarse como licenciado en ciencias de la educación para culminar con un masterado en educación y desarrollo social, lo que le sirvió para ser considerado como parte de la comisión para inspeccionar las escuelas de conducción de manera conjunta con la Agencia Nacional de Tránsito, lo que motivó para la construcción de las actuales instalaciones de la escuela de conducción, ya que anteriormente las condiciones eran anti pedagógicas.
La mayor parte de su vida, laboral la ejerció en el Seguro Social, institución a la que ingresó por concurso de merecimientos, en el tiempo en el que aún ejercía el poder el triunvirato militar (1979). Fue auxiliar de oficina, luego asistente administrativo y llegó a ser director provincial encargado. Laboró hasta el año 2012. Optó por la jubilación debido a que tenía 39 años de aportación al seguro social de manera ininterrumpida y sobre todo, porque en la época del ex presidente Rafael Correa, llegaron directores provinciales que sembraron un ambiente hostil y se dedicaron a “fastidiar al funcionario”, por lo que se sintió incómodo.
Una vez libre de compromisos laborales, participó encabezando a la lista del Consejo Directivo del Sindicato de Choferes Profesionales de Pastaza, resultando triunfador y asumiendo el cargo de secretario general, cargo en el que debió afrontar y resolver múltiples problemas heredados de la administración anterior, desorden económico, demandas, entre otros inconvenientes, todo lo cual fue saneado y la institución puesta al día en sus obligaciones.
Por su participación dirigencial y tras haberse ganado un notable prestigio, en varias oportunidades le han invitado a ser candidato a cargos de elección popular pero no le ha llamado la atención. No tiene un buen concepto de quienes se dedican a la política partidista y ha preferido mantener su nombre limpio. Ha preferido la política del servicio, libre de síntomas de corrupción.
Está agradecido con la vida y lo mismo con las instituciones que le dieron la estabilidad económica que le permitió afrontar los múltiples gastos relacionados a la educación de sus hijos. Goza de una vida tranquila, dedicada al servicio social, como la que hace como presidente de la Asociación de Jubilados de Pastaza y además de ser socio activo del Club Deportivo Cumandá, del que hasta hace poco fue jugador en la categoría post 50.
Junto a su esposa procreó tres hijos, dos de ellos destacados servidores en la policía nacional. Una hija de la que está orgulloso y seis nietos que son su agradable compañía. Se siente realizado y con el ciclo de la vida cumplido, sin embargo, don Rodrigo se mantiene y seguirá activo. Está presto a seguir aportando con su experiencia en el Sindicato y donde sea requerido, recalcó.