Semanario El Observador mantuvo una tertulia con dos invitados especiales para abordar los resultados electorales del pasado 15 de octubre y los posibles escenarios que le esperan al nuevo mandatario electo. Ellos son: Byron Salazar (empresario y asesor político) y Gabriela Erazo (abogada y docente universitaria), quienes coincidieron en varios puntos.
La juventud, más la proyección de una imagen de preparación, sin confrontación, fue lo que catapultó a Daniel Noboa a su triunfo en las urnas, frente a una Luisa González que no pudo desprenderse de la sombra del líder de la tienda política que la auspicia y tampoco consolidar el apoyo de las mujeres a quienes dijo representar en la segunda vuelta electoral.
Ganar las elecciones es relativamente fácil comparado con la acción de gobernar un país lleno de problemas acentuados en los gobiernos que precedieron a Noboa, más aún cuando no se cuenta con una estructura política sólida y tampoco con un bloque legislativo para contrastar los 52 votos que tiene la bancada del correísmo que es su rival político. El verdadero reto será culminar el corto período para el que fue elegido, sin terminar siendo una réplica de sus antecesores, Moreno y Lasso.
Dentro de las ofertas de campaña, se ofreció que en los 100 primeros días habrá una Consulta Popular, pero para que se haga efectiva primero deberá pasar el filtro de la Corte Constitucional.
Para lograr gobernabilidad se requieren diálogos y acuerdos, tarea compleja cuando lo más probable es que haya grupos políticos con otros objetivos y que actuarán en función de boicotear al presidente para que quede mal ante la ciudadanía y presentarse como potenciales opciones “salvadores de la patria” en las elecciones de 2025.
Una de las recomendaciones para el primer mandatario electo sería, que, para empezar, priorice dos o tres principales objetivos y trabajar intensamente por cumplirlos, haciendo acopio de firmeza, creatividad y liderazgo. El combate a la inseguridad tendría que estar en primer lugar. Para el efecto se requerirá una depuración de las instituciones, cuya credibilidad también se ha visto debilitada. Además, sacar a relucir sus dotes de empresario para rodearse de los mejores asesores y equipo de colaboradores expertos en las distintas materas, a quienes deberá delegar tareas y funciones, en definitiva, que le apoyen en sus múltiples tareas.
Aún así, los 18 meses de gobierno se quedarán cortos para solucionar al 100% de los problemas del país, pero si se puede al menos contener los estragos que estamos viviendo, evitando que se agraven los problemas y empezar a sentar las bases de lo que pueden las soluciones en el mediano y largo plazo.