Por: Lic. Gustavo Tuston
Las experiencias tanto positivas como negativas nos dejan enseñanzas de las que debemos aprender y muchas de las veces, son las dificultades, las que incentivan nuestra capacidad para resolver problemas y salir adelante con esfuerzo y una dosis de creatividad que nos hacen crecer como personas.
Ya que, cuando se vive con todo tipo de comodidades la persona deja de esforzarse y se acostumbra a desenvolverse en una zona de confort de la que luego no querrá salir. Hasta hace pocas décadas, caminábamos largas distancias para trasladarnos de un sitio a otro, por caminos difíciles, pero hoy, van en auto a tres cuadras de la casa a comprar el pan.
Hay padres que se ha esforzado toda su vida para darle mayor comodidad a los hijos y esto es bueno, pero cuando se exagera con la sobre-protección, la persona no desarrollará todas sus capacidades porque simplemente no las necesitará y, lo que, es más, ni siquiera será consciente de las comodidades que tiene y no las valorará.
Se ha visto a niños y jóvenes que no quieren comer la comida de casa, sino que buscan solo las golosinas que abundan en estos tiempos, pero con el paro que vivió el Ecuador, se vio la otra cara de la realidad que muchos desconocían y el esfuerzo que hay detrás de cada cosa que llega a la mesa del hogar.
Con la escasez, muchos se hicieron conscientes de lo débiles, vulnerables y dependientes que somos del trabajo que otros hacen por nosotros sin que lo sepamos.
Muchos valoraron más las frutas como el orito, las papas, los granos, que tantas veces he visto en hogares que ciertas personas desprecian con soberbia, diciendo que lo les gusta y que quieren otra cosa, no comen y lo arrojan a la basura.
Sintieron el desabastecimiento del gas y del combustible que como es barato se desperdicia, sin una vez más, pensar en el valor que hay detrás de cada cosa que nos ha dado una mejor calidad de vida.
Vieron con preocupación el clima de violencia que se desató en muchas ciudades y los actos vandálicos que pensábamos nunca iba a pasar cerca de nosotros. Entonces recién empezamos a ver que Ecuador ha sido un paraíso, sin los altos índices de conflicto de otras naciones, como oriente medio, por ejemplo.
Pudimos darnos cuenta que si bien, empezó a escasear los productos de la Sierra, vivimos en una tierra rica, bendecida, que tiene alimentos propios de la zona.
Comprendimos que estamos conectados con nuestros familiares, amigos y vecinos, de los que podemos dar y recibir ayuda en caso de una emergencia, razón más que suficiente para mantener la amistad y la armonía por toda la vida.
Darle el verdadero valor a todo lo bueno que cada día tenemos a nuestro alcance (y que a veces no lo notamos), es el lado positivo del paro nacional que vivió el Ecuador.