Magdalena Belín, se considera fundadora de la comunidad Arapicos, en el Cantón Palora, que a un año de edad llegó a esta tierra junto con su padre, quién fue un gran colonizador y obtuvo su propiedad en este sector con el fruto de su trabajo.
Ahora sucede que el Municipio del Cantón Palora, ha decidido declarar parte su patrimonio familiar como un área de utilidad pública, con el objetivo de construir una planta de tratamiento de aguas servidas para la parroquia Arapicos.
El hecho es que se ha procedido con esa decisión de una forma inconsulta y sin la debida socialización con los verdaderos propietarios, quienes no están dispuestos a ceder ni una parte de su territorio y menos por la cantidad que se les ofrece como indemnización que es de apenas 1.400 dólares por dos hectáreas.
Mucho más, cuando como familia han iniciado en este sector con un proyecto de construcción de un proyecto turístico y centro de investigación científica, que incluso servirá para los trabajos de los estudiantes.
En cuanto al precio que se ofrece, resulta que al ser una zona productora de pitajaya cada hectárea al momento se avalúa por el valor de 10 mil dólares y no por la cantidad que el Alcalde impone.
Danny Fiallos, quién es un consultor ambiental, avala la información de la señora Magdalena, en el sentido que efectivamente se han hecho los estudios para un centro de investigación científica y centro de preservación de flora y fauna silvestre y que y cuenta con todos los permisos del Ministerio del Ambiente y que se vería afectado por la construcción de la planta de tratamiento que el Municipio de Palora pretende en una parte del terreno.
Acota también que el proyecto del Municipio no es procedente también, puesto que está zona ha sido declarada como de alto riesgo por la proximidad al río Palora que poco a poco va socavando la franja de tierra, especialmente en la parte donde se piensa construir la planta de tratamiento, por lo que se recomienda que se haga en otra zona más viable.
También está el tema de la emanación de ciertos vectores que perjudican a una población cercana y también al proyecto de conservación de flora y fauna silvestre que ya está encaminado, por lo que se pide una vez más desistir de esta idea y se busque la reubicación del proyecto.
En la parte legal, también ya se han iniciado los trámites para poder defender tanto la propiedad privada que no está en venta y el proyecto que como familia Belín han emprendido a fin de que no se vea afectado por la decisión que ha tomado del Municipio de declarar de utilidad pública.