Pasó un año más y la respuesta para el anunciado desalojo de los supuestos invasores de los previos de la ex hacienda de Té Zulay nunca llegó.
Pese a que hay la orden del juez, las autoridades siguen a la espera de poder armar una buena estrategia para cumplir con la disposición.
Según el actual intendente general de policía Marlon López, tiene bien clara la película que hay que cumplir con la orden del juez, pero que para ello, hay que realizar todo el trámite legal y administrativo para hacer efectiva la resolución.
Si bien es cierto, la planificación está hecha, pero hay que seguir paso a paso, ya que cada una de las instituciones involucradas en el proceso tienen que elaborar su propio plan de contingencia y hay planes que se debe evaluar, concretar, renovar y hasta actualizar, señalo el Intendente.
Indicó que para ello, se mantienen permanentes reuniones con la mesa tres, como son: Policía Nacional y Ministerio de Gobierno.
Entre tanto, la primera autoridad de la Gobernación ha mantenido reuniones con las partes, a fin de llegar a ciertos consensos que permitan un desenlace feliz, sin que nadie salga perjudicado, sobre todo, tratando de precautelar la integridad de cada uno de los ciudadanos al interior del recinto.
De todos modos el trámite está en pie, no se ha paralizado, lo que si, hay que señalar que se debe dar cumplimiento a la orden del juez, pero tratando de precautelar los derechos de los ciudadanos.
Según Antonio Vargas, el desalojo nuca podrá llegar, puesto que al interior de la hacienda hay más de siete mil familias, lo cual es muy dificultoso para las autoridades poder sacar a toda esa gente, más cuando ahora, a su criterio, los predios han pasado nuevamente a manos del estado, lo que significa que los supuestos dueños que reclamaban la propiedad ya no tienen derecho.
Vargas, señala que todo se ha convertido en una especie de guerra psicológica, para poder intimidar a las personas o crear el nerviosismo con el cuento que ya se viene el desalojo y nunca lo hacen efectivo, así pasan los días, los meses y los años y nuca llegará el dichoso desalojo.