– ¡Felices pascuas, compadre Ulbio! Venga le doy un abrazo ahora que ando como Guillermo…
– ¡Ya va, ya va a empezar, compadre Indiscreto! ¡Otra vez metido con la política! ¡Y qué abrazo ni qué nada! ¡¿No ve que todo eso está prohibido?!
– ¡Es un decir nomás, compadre! No se enoje de gana. No es que ya le voy a abrazar; con lo gordo que es usted ¡hasta brazos me han de faltar! Si usted es, como se dice, de dos plazas y media jeje…
– ¡Calle con sus chistes amargos! Mejor cuente… ¿Qué tal de pascuas? ¿Dónde fue pues a festejar?
– ¡Nada, compadre! ¡¿No ve que, con eso de la placa, no nos dejaron salir ni a la plaza? Peor ir a la playa y menos hacer cualquier fiestita de celebración.
– Ah, yo me acuerdo los viejos tiempos…
– Claro; como sus tiempos sí que son viejos. Lo que me extraña es que todavía se acuerde.
– ¡Pues me acuerdo! Allá por mis años mozos la pascua era una fiesta muy grande; con banda, castillos, vacas locas y palo encebado. ¡Toda una algarabía! ¡Una fiesta llena de alegría!
– Me lo dice a mí, que era campeón para un palo encebado.
– ¡Ah! ¡No me diga que usted era el que se ganaba los mejores premios en el palo encebado! Que allí sí que… no mientas otra vez.
– ¡Pues claro, compadre! ¡¿No ve que yo era pilas desde chiquito?! Me apoyaba de abajo con los más grandotes para que me ayuden a llegar más arriba y con eso ya tenía una ventaja. Y así llegaba porque llegaba y el premio me ganaba.
– Y hablando de ganadas y palos encebados… ¿Quién cree que se la gane este próximo domingo? Usted que todo lo sabe y lo que no sabe lo inventa. Habe,r diga; que yo medio resbalosa veo la cosa…
– ¡¿Y por qué ve la cosa resbalosa y encebada?!
– Porque unos dicen que arriba va el lelo; otros que no, que el cucho va primero. Que el uno ya resbaló y que el otro ya le remontó… ¡No se sabe a quién mismo creer!
– Así veo que dicen que el cucho no tiene más apoyo que su bastón; mientras que el otro se apoya en el gran jefe de los primos, los de poncho y plumas en la cabeza…
– ¡Pero luego salen los otros primos a desmentir! ¡Ele! ¡Ahora resulta que con tanto comentario que se dice, en vez de darle impulso mejor le está haciendo resbalar!
– ¡Y lo que ya iba bien arriba, ahora le está haciendo bajar!
– Ojalá no se traume y le dé complejo de ascensor, tanto sube y baja…
– ¡Los otros, vuelta, que no quieren jugar al palo encebado! Y que mejor votan nulo, ni para el uno ni para el otro, es decir que a los cándidos candidatos les matan con la indiferencia y que cada cual con su conciencia.
– Yo por mi parte ya no sé ni que hacer. ¡Ganas de ni votar me da!
– ¡¿No ve los primos de la comunidad independiente?! Han reunido a su gente y decidido que no van a votar y han mandado un comunicado a las autoridades…
– ¡¿Comunicado dice?! ¿Y qué es lo que comunica ese comunicado?
– Pues, que ni se molesten en enviarles las papeletas porque no van a dejar entrar; y le declaran al CNE como institución “non grata” y que lo que van a gastar en papeles que mejor les manden en plata jeje.
– ¡Pero… qué bruto, compadre! ¡Acaso se puede hacer tremendo disparate! ¡¿Qué han sido pues?! ¡¿Un país aparte?! ¡Si la ley es para todos y el que no vota paga multa de todos modos! Y si no dejan entrar el material a la cárcel han de ir a parar.
– Bueno, pero no insulte, compadre. Es que como andan las cosas hasta yo tengo ganas de declarar mi casa como república independiente y declararme líder supremo de una buena vez.
– ¡Imagínese, compadre! Si cada casa se declara como república independiente… ¡Capaz que, se arma una guerra de todos contra todos! ¡No pues, compadre! ¡¿Acaso quiere usted el caos?!
– ¡Pero si en el caos mismo estamos, compadre! ¡¿Acaso cree usted que todo es paz y armonía?! Ya hasta al Facebook da miedo entrar… Por eso cuando yo entro, entro preguntando: “¿No están bravos?”
– Ojalá toda esa cabreadera pase después de las elecciones…
– No pues, compadre. Si la gente no está cabreada por as elecciones; la gente lleva adentro una ira más profunda que no sabe cómo desfogar. Y esa ira solo se va a disipar cuando aparezca por ahí una alternativa a este modelo de vida que ya está muy corrompido y no da para más.