POR: Edwin Mosquera G.
El viejo adagio popular dice “las vacas se olvidan que alguna vez fueron ternera”, casi anonadado apreciaba la entrevista de la figura pública ambateña que, con su poncho rojo, paso de la venta de víveres en las calles a manera de comerciante informal, a sentarse en una lujosa oficina de una entidad financiera, quien a boca de tarro dijo “el estado no es Papa Noel para tener que dar todo a los ciudadanos”.
Hay que reconocer que muchas de las veces se confunde la viveza criolla con la inteligencia y el conocimiento, no es lo mismo manejar una empresa privada que con leguleyadas y suspicacias puede parecer que goza de un manejo adecuado, con manejar la cosa pública, el Estado, hemos de hacer reminiscencia como nace una República, y la vinculación que se tiene con organizaciones internacionales para garantizar derechos fundamentales de los ciudadanos, es mas en el Art 4 de la Carta de Montecristi explica clarito los deberes del Estado.
Pretender aspirar a ser el Primer Mandatario con pensamientos retrogradas o peor aún, ser un burgués con poncho no es una buena estrategia política, al contrario, se debería analizar los hierros de los mandatarios pasados y fortalecer las falencias, garantizando de esta manera el cumplimiento del Estado de velar por sus ciudadanos, sean o no de poncho.
Lamentablemente un título o un numero de cifras en tu cuenta no te da el conocimiento, si no el trajinar diario, la empatía no se presume, se asimila y solo así podrás decir, yo sé lo que se necesita.
El popular, el de turno o el payaso no son la mejor opción, siempre hay que recurrir al que conoce, al que maneja el tema; por esto seguimos en estos procesos precarios electorales que las consecuencias se observan cuando ya están sentados en el trono.