Por: Edwin Mosquera G.
Cómo todo buen ecuatoriano no podía faltar la novelería de concurrir a los sufragios anticipados y tomarse el respectivo selfie, ya sea para demostrar a su partido político el apoyo incondicional y no obligado, para subir a una historia en una red social o para simplemente tenerle de recuerdo, pero existió unito que para mi criterio fue estrategia política que concurrió a votar con chaleco, casco y hasta cortina anti balas.
Dicen que el buen gallo en cualquier gallinero canta, pero este pollito ni siquiera piaba seguido, ya que sollozante y con el pico caído, quería ocultar su minúscula cresta bajo ese urinario blindado.
La actuación del predecesor del candidato asesinado dio mucho que decir, frente a una posición pasiva y nerviosa quería alzar el tono de voz, pero sus cuerdas bucales y tesón no le dieron para más que un par de cacareos chimbiados. Indistintamente de los resultados la elección de autoridades no debe obedecer a pasiones o a premisas en una tumba, si no a la convicción del votante frente al candidato de su elección, en esta ocasión el sentimentalismo por el difunto no alcanzó para llevar al sillón del palacio al pollito que quiso ser gallo y se dio cuenta que le faltaban lis huevos y no los de