El pedido de los comerciantes que se dedican al expendio de silbadores, petardos y camaretas, habría sido que se los ubique en cualquier espacio dentro de la ciudad, ya que el año pasado se los derivó a la explanada del estadio Víctor Hugo Georgis donde la afluencia de los ciudadanos fue casi nula.
Es por esta razón, que las autoridades para este año han coordinado que la feria esté ubicada en la calle 27 de Febrero en el portal del edificio de la oficina de correos del Ecuador en Puyo.
Para ello, se ha solicitado a los comerciantes contar con todos los permisos correspondientes y autorizaciones dadas especialmente por las Fuerzas Armadas que es el organismo competente. La feria está autorizada única y exclusivamente para el 31 de diciembre durante todo el día.
Linda Cando, en calidad de responsable de la Unidad de Juzgamiento y Control Municipal, señala que ya se está organizando los operativos para lo que tiene que ver al control los comerciantes informales que se hallen vendiendo materiales explosivos sin los debidos permisos. Las personas que no cuenten con el permiso correspondiente, será decomisada la mercadería.
Da a conocer también que, además, de la feria, hay locales comerciales que han gestionado el respectivo permiso que también estarán habilitados a la comercialización de los productos de manera responsable.
Para lo que es la feria, señala que se ha coordinado con otras entidades, como por ejemplo el Cuerpo de Bomberos Municipal y Seguridad Ciudadana, para una mayor garantía de los ciudadanos que acuda a adquirir estos productos y con ello despedir el año 2023.
Eso sí, hace un llamado a la responsabilidad y seriedad del caso, ya que no cualquier persona puede manipular estos objetos que son peligrosos que pueden ir en contra de la integridad de las personas, tienen que ser solo personas adultas, capacitadas y conocedoras de lo que tienen que hacer.
Es recomendable que dichos productos estén fuera del alcance de los niños o siempre bajo supervisión de un adulto.
No hay que olvidar que también hay que preocuparse por los animalitos, sobre todo los canes que son muy sensibles al sonido de los voladores, al punto que los estresa, enferma e inquieta, por lo cual, hay ciudades que han adoptado la modalidad de fiesta sin pirotecnia.