Este jueves 10 de octubre, a diferencia del día anterior, el panorama fue distinto, los negocios uno a uno comenzaron a abrir sus puertas, con un poco más de confianza con la seguridad dada por los representantes del movimiento indígena que no se ponen al trabajo y tampoco habrá saqueos.
Fue el nerviosismo por lo sucedido la noche del 7 de octubre, que ocasionó que todos los comerciantes tomarán medidas de seguridad y decidieran por voluntad propia cerrar sus negocios, más cuando se anunciaba la llegada masiva de ciudadanos del movimiento indígena.
Pero lo sucedido el día miércoles 9 de octubre, los hizo cambiar de parecer, pues la protesta se desarrolló en un ambiente de tranquilidad y más bien los compañeros de las nacionalidades, indignados por la mala fama que se las había dado, se comprometieron a precautelar el bien público, demostrando que no son ni ladrones no saqueadores.
En el mercado La Merced por ejemplo, a primera hora de este jueves, las puertas ya se abrieron de par en par, únicamente con la sorpresa, que la mayoría de los productos de legumbres ya se estaban descomponiendo, lo cual significaba muchas pérdidas para las vendedoras.
Doña Rosita, una de las expendedoras, dijo que tuvieron que reunirse con los máximos dirigentes de las nacionalidades, colaborarles con alimentos y solicitarles que se les dejara expender sus productos, antes que todo se pierda; encontrando una buena respuesta a su pedido.
Nadie les ha dicho que cierren, señaló Marlon Vargas, “Nosotros no somos ni ladrones ni saqueadores, venimos con un objetivo claro que es protestar contra las medidas económicas y contra las políticas del Gobierno Nacional”, mientras dejaba en claro que los negocios pueden volver a laborar con normalidad.
Así entonces, tiendas, almacenes, ferreterías, farmacias, mercados, despensas en incluso los comerciantes informales, comenzaron nuevamente a reactivar sus ventas y tratar de recuperarse poco a poco de las pérdidas ocasionadas en ocho días de paro y dos días de cierre total de los negocios.