Oriunda de la comunidad de Tsurakú en la parroquia Simón Bolívar, Jenny Moncayo, proviene de una familia numerosa de nueve hermanos. La escuela la siguió en su propia comunidad con muchas falencias en cuanto a calidad de la educación que en ese entonces como hasta ahora, deja mucho que desear.
Buscando mejores días, con esfuerzo salió con sus hermanos a estudiar el colegio en la ciudad de Puyo, arrendaron un cuartito sencillo y con muchas limitaciones que lograban solventar con las justas, gracias a que su padre logró conseguir empleo en el magisterio por lo que contaba con un salario fijo, pero insuficiente para la manutención y educación de todos los miembros de la familia. Los ingresos, los complementaba con la siembra y cultivo de productos de la zona plátano, yuca, maní, caña, papaya labores en las que Jenny también colaboraba.
Luego acudió a la provincia de Chimborazo a estudiar la especialidad de contabilidad y auditoría lo que le dio las bases para que luego pueda servir en algunas entidades y así tomar experiencia y formar una carrera. Su paso por la política nació desde aproximadamente cuatro años, a raíz de que se cansó de criticar desde afuera cuando bien podía participar y aportar involucrándose desde las bases.
Al comienzo esperaba que otras mujeres que estaban en el activismo político desde hace más tiempo, sean candidatas, pero no se animaban. Ninguna mujer ocupaba vocalía alguna en la Junta Parroquial Simón Bolívar desde que tiene vida jurídica (hace 30 años). Ocurre que participar en política no es solo decisión, también se necesita recursos, compromiso y tiempo, por lo que, en su caso, primero debió socializar con su familia.
Las políticas de equidad de género fue una motivación y finalmente decidió participar. No fue tan sencillo llegar a ser candidata, ya que primero debió pasar por tres elecciones primarias, fue un proceso de casi un año de reuniones y deliberaciones.
Una vez que fue electa como concejal del cantón Pastaza, no tenía la expectativa de ser nombrada vice alcaldesa, eran tres compañeras mujeres y podía ser cualquiera de ellas, pero su nombre fue mocionado por la concejal Laura Pérez, hubo el debdo apoyó y aceptó la responsabilidad.
Como concejal, integra las comisiones de Desarrollo Sustentable y; de Gestión y Desarrollo Social. Reafirma su compromiso de cooperar para el bienestar y desarrollo del cantón Pastaza. Dentro de su trabajo prevé la presentación de un proyecto para la reforma presupuestaria con la finalidad de conseguir mayores de recursos dirigidos hacia las juntas parroquiales, destinados a la dotación de servicios básicos.
Además, se enfocará en el fortalecimiento del Departamento de Nacionalidades y Desarrollo Local Sustentable que requiere mayor número de recursos humanos, económicos y materiales para cumplir eficazmente su misión que es ser un enlace con las comunidades rurales más alejadas que permanecen olvidadas y tienen muchas necesidades.