Bien dicen que “No hay mal que por bien no venga” y se han caído algunas caretas aflorando a la superficie la realidad que guardan en sus más profundos sentimientos, o mejor digamos sus verdaderas intenciones y oscuros intereses.
Mezquindad es por lo menos lo que llamo cuando Nebot habla algunos días después en defensa de su ciudad, lo cual está bien, pero el país no comienza en Santa Elena y termina en el puente de la Unidad Nacional, Ecuador es un todo que necesita de todos para su desarrollo.
Somos interdependientes de toda nuestra geografía para sustentarnos como sociedad de paz y progreso, la cual sin duda este momento se encuentra amenazada en su integridad por estos extraños sátrapas que ya probaron cual hienas que son capaces de cualquier cosa con tal de saciar sus podridos instintos como ya lo hicieran durante diez años de correismo.
Pero no es dable que un líder que pretende ser presidente de este país respire todavía por las heridas que nos deja el regionalismo malsano que creíamos superado y que fuera ahondado en lucha de clases por ese ser tan despreciable que nos gobernó en esa década.
Triste es la participación y desempeño de muchas de nuestras autoridades que en realidad no tuvieron la precaución de defender a sus ciudades de lo que ahora estamos padeciendo como inmovilidad, desabastecimiento y falta de servicios y tampoco al parecer se han asesorado de lo pernicioso que es no terminar con los subsidios a los combustibles que distorsiona totalmente la economía.
Lamentables las declaraciones de Cintya Viteri que ya Ud. trató de arreglar; en todo caso cuando las aguas se aquieten muchos tendrán que rendir cuentas a sus mandantes pero de Ud. se suponía que su liderazgo era nacional y no doméstico, por favor no tome esto como regionalismo porque de eso mi Madre que fue guayaca y mi Padre ambateño me vacunaron contra esa plaga desde chiquito, y con orgullo soy mono de nacimiento, serrano por ancestro y amazónico de corazón.