Por: Marco Buestán
Estos días mi hija mientras se acostaba a dormir, me pregunto: ¿Papi que pasaría si la pandemia nunca termina?
Vaya pregunta, no atine una respuesta adecuada.
La pregunta se las transmito a cada de Ustedes, ¿qué pasaría? ¿Será que nuestras acciones terrenales han sido suficientemente buenas para tener posibilidad de trascender?
En este mundo donde, nada nos parece bien, todo lo criticamos, nada es bueno, si la idea no es mía entonces no sirve, no queremos ser parte de la solución tan solo buscamos el problema, donde con pequeñas acciones demostramos nuestro lado bueno o malo, no respetamos la cola de la panadería, ni los semáforos de tránsito, peor aún el semáforo de la pandemia.
La vida nos está dando un jalón de orejas impresionante, y si mañana no paran las lluvias, o las sequias nos azotan, y los alimentos escasean, y el dinero termina, ¿tendremos las reservas necesarias para sobrevivir?
Y si el planeta decide extinguirse para provocar un verdadero cambio, y prefiere darse esa oportunidad para –reinventarse- por sí mismo, solo que en esa reinvención natural, decide que nosotros quedamos fuera, para que todo sea con armonía, sin contaminación, sin gases efecto invernadero, sin desperdicio de comida, sin guerras, sin políticos corruptos, sin alterar la calidad del agua, sin correr todos los días por generar dinero –para sobrevivir- entonces vale la pena hacer una reflexión y ver cuánto hemos hecho por ser buenos seres humanos, actitud medible, tan solo con las acciones que tenemos hacia los demás. ¿Pasaremos la prueba?
Y si Dios decide que mañana tenemos que presentarnos a Él, con COVID-19 así todos asintomáticos, ¿qué le vamos a decir?
Cabe una respuesta amigos: lo único que se me ocurre es decirle – Dios hoy te damos GRACIAS – es que hoy ya es bastante con existir, es que hoy entiendo que AGRADECER es la suma de AGRADO y SER. Ya que cuando uno aprende a agradecer, todo trasciende dentro de uno, esa debería ser la primera vacuna de la pandemia que debían recetarnos, la de dar gracias.
Cuando uno es agradecido con Dios, es capaz de entender hasta el porqué del dolor, de los momentos de prueba de la vida, de los tristes, de los dolorosos. Uno sabe que cada día que abrimos los ojos es una prueba de la misericordia que Él tiene por nosotros, hoy sabemos lo vulnerables que somos, lo pequeños seres que representamos dentro de la naturaleza, ojala podamos desde ahora entender que debemos ser distintos. Y cada día, cada momento podamos ser agradecidos de cada cosa y sobre todo con cada persona que la vida nos dio para tenerlos cerca o lejos de nosotros.
Un abrazo cálido a todos Ustedes, gracias por su lectura.