Por: Guido Calderón
Lo único más importante que la vida propia, es la de nuestros hijos y qué tragedia debe ser para un adolescente que creció -no solo con el sexo asignado al nacer- sino con el sexo con que fue concebido, cuando un cromosoma Y fertilizó un óvulo que siempre es X, y toda su vida se derrumba porque un sicólogo progre le dice, ante la mínima alteración de su conducta, propia de la pubertad, que sufre disforia de género y que debe transicionar a mujer.
Inimaginable el caos mental y la explosión emocional que sufrirá la chica, a la cual le proponen que debe extirparse el útero, las mamas, pero le ocultan que jamás tendrá una vida sexual satisfactoria, peor el niño al cual amputarán su pene.
Las deportistas de contacto, arriesgan sus vidas al competir con hombres que se auto perciben mujeres y tienen la fuerza y musculatura masculina. Hay una deserción mundial de campeonas que pierden ante mediocres como atletas masculinos, pero medallistas compitiendo contra mujeres.
Este violento avance de la “inclusión” dio alas a los pedófilos, para pretender legalizar estas aberraciones y psicólogos progres ya difunden el derecho de los niños a experimentar su sexualidad con adultos. La película “Sonido de la Libertad” que denuncia el tráfico internacional y explotación sexual y pornográfica de niños, está siendo boicoteada y hay una campaña de difamación contra su promotor el actor Mel Gibson.
La agenda trans es tan aberrante, que colectivos gays se oponen a la ideología de genero auspiciada por izquierdistas como una forma de atornillarse en el poder, mientras los padres de familia, desesperan por cómo desde el Estado, se procura destruir el futuro de nuestras naciones, que son “los niños de Dios”.
“Si algún profesor y trabajador social, sugiere a un Niño que puede estar en el cuerpo equivocado, se enfrentará a graves consecuencias, incluido posibles violaciones de los Derechos Civiles por discriminación sexual y eliminación de Fondos Federales..” Donald Trump candidato a la presidencia de los EEUU 2024.